técnicas energéticas

“Esto es el cielo” dijo mi abuela Edith la primera vez que le hice reflexología. Estaba con un tumor en su hígado a sus noventitantos años, y le picaba constantemente todo el cuerpo. Estos masajes en sus pies no solo estimulaban terminaciones nerviosas relacionadas con cada órgano en particular, sino que activaban su circulación aliviando la picazón, eran un mimo en su cuerpo cansado y molesto, una muestra de cariño, y una placentera sensación de relajación. Del mismo modo me ocurrió con Nelly, que al verme llegar al hogar le chispeaban los ojos, quizás sin saber técnicamente lo que yo le hacía, pero sí el efecto que eso le provocaba. Ahí entendí lo que para mí valió la pena haber aprendido ésta técnica.
Las personas mayores suelen tener no pocos problemas a la hora de llevar adelante una vida plena. El paso del tiempo deteriora la capacidad motora, las articulaciones, la digestión, etc. En general todos los sentidos se van alejando del funcionamiento óptimo propio de los años de juventud.
Los masajes reflexológicos permiten mejorar las funciones afectadas por la edad, ya que por ejemplo, al aplicar una suave presión sobre los puntos energéticos del sistema urinario y genital, el anciano logrará mejorar la eliminación de toxinas. Un delicado masaje sobre los puntos correspondientes al sistema respiratorio puede optimizar la capacidad respiratoria, además de proporcionar un nivel de relajación y alivio de los músculos y los huesos del paciente.
Siempre contando con la recomendación del médico, la terapia reflexológica resulta un gran estímulo para mejorar la calidad de vida de los abuelos, a través de un tratamiento natural y no invasivo, que le ahorra cualquier efecto secundario si es aplicado en forma suave por un especialista. La reflexología es cada vez más recomendada, permitiendo aliviar los síntomas de varias molestas enfermedades a través de relajantes sesiones de masajes, que dependen de las preferencias y el cuadro clínico de cada paciente.

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